El verano es la época del año en la que más expuestos estamos a las picaduras, fundamentalmente de insectos y arácnidos. Lo normal es que salgamos más de casa, hagamos más planes, disfrutemos de la naturaleza, paseemos por la playa…Todo eso se suma a que además, la ropa que llevamos es más ligera y permanecen más zonas de nuestro cuerpo expuestas.

En este post te contamos cuáles son los pasos que debes seguir para tratar cada picadura en función de la organismo que la produce.

PICADURAS DE INSECTOS

En verano, los mosquitos hembra son los reyes de las picaduras por excelencia. Utilizan su probóscide (órgano bucal de forma alargada) para succionar la sangre, lo que provoca que a la vez inyecten su saliva en la piel.

De esta manera, a los pocos minutos aparece una reacción local que persiste uno o dos días, caracterizada por un único habón enrojecido y picor.

Para aliviar las picaduras de mosquitos, es recomendable:

– Aplicar frío local para reducir la inflamación y el picor.

– Utilizar una emulsión para aliviar el picor.

– Vigilar signos de sobreinfección, como enrojecimiento de la piel, pus o una costra amarillenta.

Es muy importante no rascarse, ya que puede incrementar el picor y la aparición de infecciones.

En caso de permanecer en zonas donde hay una alta concentración de mosquitos, es recomendable utilizar camisetas y pantalón de manga larga. Además, se pueden usar repelentes de mosquitos, aunque se desaconseja su uso en niños menores de dos años o sobre piel erosionada.

El tábano es un insecto parecido en apariencia a la mosca, pero con la misma forma de alimentación que el mosquito. Son hematófagos, es decir, se alimentan de sangre y utilizan sus proteínas para realizar sus funciones vitales.

La picadura de tábano en realidad consiste en una mordedura, por lo que los síntomas asociados pueden ser más intensos que los provocados por la picadura de una abeja o avispa. La lesión principal es un nódulo cutáneo muy doloroso en la zona de la inoculación, así como enrojecimiento y picor.

Tras la picadura, es muy importante lavar la zona con agua y jabón así como aplicar hielo seco (envuelto en un paño) para paliar la hinchazón. Además, para aliviar el picor se puede administrar un antihistamínico vía oral o un corticoide tópico.

Otro remedio eficaz ante la picadura de tábano es utilizar amoniaco, ya que neutraliza el veneno, frenando rápida y eficazmente el picor y la irritación de la piel.

Las avispas suelen sentirse atraídas por los olores intensos como los de los perfumes, la ropa de colores vivos o las bebidas azucaradas. Generalmente solo pican cuando se sienten atacadas, de manera que pican con un aguijón situado en la parte posterior de su abdomen para defenderse. Al hacerlo inoculan veneno en nuestra piel, y conservan el aguijón, es decir, pueden picar múltiples veces.

Los síntomas asociados a una picadura de avispa suelen persistir incluso durante varios días, y se producen como consecuencia de una reacción local al propio veneno. La lesión principal consiste en una pápula blanca (en la que a veces se puede incluso observar dónde se introdujo el aguijón), acompañada de dolor intenso, escozor, e hinchazón y enrojecimiento de la zona.

Lo primero que se debe hacer tras una picadura de avispa es alejarnos del lugar, ya que al picar liberan un tipo de feromona que incita a los otros miembros de su colonia a atacar. A continuación, es importante lavar bien la picadura con agua fría abundante y jabón, y luego aplicar un antiséptico ligero.

Para mitigar los síntomas asociados como dolor e hinchazón, puede aplicarse durante aproximadamente diez minutos un hielo seco, es decir, un cubito de hielo envuelto en una tela fina o paño.

En caso de dolor, se puede administrar un analgésico tipo paracetamol, y en caso de picor, antihistamínicos orales o una pomada con corticoesteroides.

Las picaduras de abeja y avispa son relativamente similares, con una gran excepción. Después de una picadura, las abejas dejan clavado el aguijón en la piel y la abeja muere.

Tras una picadura de una abeja, debe retirarse el aguijón lo más rápido posible para detener el flujo de toxinas. Lo más recomendable es utilizar un objeto sin punta, como una tarjeta de crédito o un cuchillo de mantequilla, y realizar un raspado suave por la zona afectada. Es muy importante evitar usar pinzas o cualquier objeto que pudiera pinchar o apretar la bolsa de veneno y empeorar los síntomas.

Tras retirar el aguijón, deberemos lavar la zona con agua y jabón y aplicar una compresa fría aliviar el dolor. Además, la administración de un antihistamínico por vía oral o tópica puede ayudar a aliviar la picazón y la hinchazón, y los analgésicos ayudarán a paliar el dolor.

PICADURAS DE ARAÑA

La mayoría de las picaduras de araña solo causan lesiones leves, ya que son pocas las especies que presentan colmillos lo suficientemente largos como para atravesar la piel humana y un veneno lo suficientemente fuerte como para dañar al ser humano. En caso de que sospeches que la picadura proviene de una especie peligrosa, como las arañas viudas o las reclusas, deja de leer este post y busca atención médica inmediatamente.

En caso de que la picadura provenga de una especie de araña común, los síntomas serán muy parecidos a los producidos por la picadura de cualquier insecto: enrojecimiento, dolor e hinchazón.

El tratamiento consistirá en lavar la zona con agua y un jabón suave. Además es recomendable utilizar una compresa fría o paño humedecido sobre la picadura para reducir el dolor y la hinchazón. Si la picadura causa dolor, se puede administrar un analgésico, y si causa picor, un antihistamínico.

PICADURAS DE GARRAPATA

Las garrapatas son un tipo de arácnido que se adhiere a la piel y se alimenta de la sangre. La mayoría de las picaduras no causan dolor, ya que cuando pica, inocula con la saliva sustancias anestésicas que hacen que la picadura sea indolora. Solo provocan síntomas menores, como cambio en el color de la piel, hinchazón o una llaga.

Cuando una garrapata penetra en la piel, es muy importante quitarla de manera inmediata y con mucho cuidado con unas pinzas de punta fina. Es muy importante agarrar a la garrapata lo más cerca posible de la piel, y no utilizar sustancias como vaselina o aceite, que complicarán la tarea. Para la extracción, se deberá tirar suavemente hacia arriba, sin girar ni retorcer la pinza, en un solo movimiento suave y constante. Además, hay que intentar no aplastar su cuerpo, para que su contenido no acabe expulsado a través del punto por que se adhiere a la piel.

No olvides conservar la garrapata en un bote con papel húmedo o en un trozo de cinta adhesiva, con el fin de facilitar al personal médico la identificación del tipo de garrapata y sus enfermedades asociadas en el caso de que la persona afectada desarrolle síntomas o complicaciones.

Tras extraer la garrapata, es muy importante limpiar la zona con agua y jabón y aplicar un antiséptico. Además, deberán lavarse las manos con agua y jabón.

Dado que algunas especies de garrapatas transmiten bacterias que producen diversas enfermedades, como la Enfermedad de Lyme o la Fiebre Maculosa de las montañas rocosas, durante las cuatro semanas siguientes a la picadura deberemos estar atentos a síntomas como:

– Dolor intenso en la zona de las picaduras que se prolonga varias semanas

–  Fiebre

–  Dolores articulares o musculares.

–  Rigidez en el cuello.

–  Dolor de cabeza.

–  Debilidad, que puede llegar a ser extrema.

–  Inflamación de los ganglios linfáticos (linfadenopatía).

–  Síntomas similares a los de la gripe.

–  Náuseas, vómitos y diarrea.

–  Puede haber afectación de hígado, corazón u otros órganos.

PICADURAS DE MEDUSA

Las picaduras de medusa se suelen producir al contactar con ellas mientras nos bañamos en el mar. Aunque afortunadamente la mayoría de especies que habitan en nuestros mares son inofensivas, presentan en los tentáculos unos aguijones punzantes microscópicos que contienen veneno, y  provocan lesiones cutáneas.

Estas picaduras se caracterizan por la aparición de marcas rojas, marrones o moradas, de forma lineal, provocadas por el contacto de los tentáculos con la piel. Así como ardor, hormigueo picazón e hinchazón. El dolor es de tipo pulsátil y puede extenderse a toda la extremidad afectada durante semanas.

El tratamiento consiste en lavar la zona con agua de mar o suero fisiológico (nunca agua dulce, ya que puede romper las células y empeorar los síntomas), y retirar los tentáculos adheridos a la piel con unas pinzas. Además, es recomendable aplicar frío seco en la zona afectada para favorecer la desnaturalización de la toxina (hielo envuelto con un paño, nunca directamente).

Si el dolor es muy intenso, pueden administrarse analgésicos. De la misma manera, si el picor es de mucha intensidad, pueden aplicarse antihistamínicos orales o corticoides tópicos. Es importante recalcar que si las molestias continúan o están acompañadas de temblores, náuseas, mareos o dolor intenso, será necesario acudir a un centro sanitario.

PICADURAS DE SALVARIO O PEZ ARAÑA

El salvario, también conocido como pez araña o pez escorpión, es un pez sedentario que suele permanecer semienterrado en los arenales. Las picaduras de salvario suelen ocurrir al pisarlos accidentalmente mientras paseamos por la orilla de la playa. Su aleta dorsal, que suele permanecer descubierta, está formada por espinas que contienen neurotoxinas.

La picadura es fácilmente identificable, ya que aparece en la planta del pie, y está formada por varias punciones juntas entre sí y de forma lineal. Se caracteriza por un dolor muy intenso que irá aumentando durante la siguiente hora y que puede extenderse al resto de la extremidad, y de edema.

En caso de sufrir una picadura de salvario, deberemos lavar la zona con suero salino para arrastrar restos de tejido y púas. Además es muy importante revisar bien la zona para certificar que todas las púas clavadas han sido eliminadas. A continuación, deberá sumergirse el pie afectado en agua muy caliente (45º) durante media hora, ya que las toxinas son termolábiles, es decir, se destruyen a altas temperaturas. Por último, es importante aplicar una crema con cortisona dos o tres veces al día, así como antiinflamatorios para controlar el dolor.