28 Nov TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria o TCA son trastornos mentales caracterizados por una conducta alterada respecto a los hábitos alimentarios. Por lo tanto, se traduce en comportamientos que van desde comer de manera descontrolada hasta la falta de ingesta de comida, así como una obsesión por el control del peso.
Un TCA no es un problema con la comida, sino un problema que se manifiesta con la comida.
La aparición de esta patología es de origen multifactorial, es decir, se produce por la interacción de diferentes causas de origen biológico, psicológico, familiar y sociocultural, y provocan consecuencias para la salud tanto física como mental de la persona.
FACTORES DE RIESGO DE TCA
Aunque su aparición no se limita a un grupo poblacional concreto (pueden afectar a personas de cualquier edad, sexo, raza o nivel socioeconómico), frecuentemente se inician en la adolescencia o en los inicios de la edad adulta, y afectan en mayor medida a mujeres que a hombres. De hecho, solo en España se calcula que afecta a 400.000 personas, de las cuales 300.000 tienen edades comprendidas entre los 12 y 24 años.
Factores individuales
Predisposición genética: Antecedentes familiares de TCA.
Rasgos de personalidad: Perfeccionismo o alto grado de autoexigencia.
Sexo femenino: 9 de cada 10 casos.
Adolescencia.
Obesidad.
Factores familiares
Ambiente familiar desestructurado o sobreprotector.
Educación familiar exigente o sin refuerzo de autoestima.
Factores sociales
Ideales estéticos: Según estudios, más del 80% de las mujeres no se sienten satisfechas con su imagen corporal.
Acoso escolar: Críticas y burlas en relación con el aspecto físico.
Situaciones de estrés.
TIPOS DE TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
Todos los subtipos de TCA se caracterizan por una conducta alterada frente a la ingesta alimentaria o la aparición de conductas para controlar el peso. A pesar de que la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa son los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) más conocidos, no son los únicos.
Anorexia Nerviosa
La anorexia nerviosa está caracterizada por conductas destinadas a mantener un peso corporal reducido. Existen dos subtipos, el restrictivo, en el que las personas mantienen un peso corporal bajo restringiendo el consumo de alimentos y realizando ejercicio excesivo; y el tipo atracón/purgativo, en el que la reducción de la ingesta se combina con atracones y conductas de eliminación como inducción al vómito, uso excesivo de laxantes o enemas.
Las personas con anorexia presentan un intenso miedo a ganar peso, y tienen gran dificultad para ver su estado físico real.
Bulimia Nerviosa
Las personas con bulimia nerviosa experimentan episodios recurrentes de atracones, caracterizados por el consumo de una gran cantidad de comida en un período corto de tiempo. Además, existe una sensación de pérdida de control durante el episodio, y es esa sensación la que nos permite distinguir entre un atracón o comer en exceso.
Además, las personas tratan de compensar de forma repetida lo ingerido mediante diferentes conductas como ejercicio excesivo, inducción al vómito, ayuno o uso excesivo de laxantes.
Trastorno por atracones
Consiste en episodios recurrentes de atracones, caracterizados por una ingesta mucho más rápida de lo normal, seguir comiendo a pesar de sentirse saciado o ingerir una gran cantidad de comida a pesar de no tener apetito.
Tras el episodio, aparece una gran sensación de culpabilidad.
Trastorno Evitativo/Restrictivo de la Ingesta Alimentaria
En este caso, no está afectada la autopercepción y no hay una distorsión de la imagen corporal.
El trastorno se puede producir por diferentes causas, por ejemplo:
Falta de interés en la comida.
Evitación de la ingesta por propiedades sensoriales de la comida.
Miedo al atragantamiento.
SIGNOS DE ALARMA EN LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
En los Trastornos de la Conducta Alimentaria los signos alimentarios suponen solo el 10% de los síntomas. El 90% es menos visible y corresponde a las emociones y las inseguridades que originan la enfermedad: miedo, culpa, impotencia, autocrítica, soledad, frustración, pánico al rechazo, tristeza y ansiedad.
Con frecuencia los síntomas de los TCA varían a lo largo del tiempo y muchas personas que inicialmente presentan cuadros más restrictivos, pueden acabar desarrollando atracones o a la inversa.
Es importante tener en cuenta que, aunque son enfermedades graves, se pueden superar con tratamientos dirigidos por equipos de médicos y psicólogos especializados en este trastorno. El tratamiento es eficaz, pero es importante buscar ayuda cuanto antes, ya que un diagnóstico temprano asegura un tratamiento precoz y, por tanto, un mejor pronóstico.
Por todo ello, ante la sospecha de un TCA, es fundamental prestar atención a los siguientes signos de alarma:
Cambios en conductas o actitudes
La pérdida de peso y el control de la alimentación se convierten en la mayor preocupación de la persona.
Visitar el baño de manera frecuente, principalmente justo después de una ingesta.
Uso excesivo de purgantes, como laxantes, diuréticos o enemas.
Mostrar un interés excesivo sobre la composición de los alimentos y su valor energético (calorías).
Aumento obsesivo del ejercicio, llegando incluso a procurar ir caminando a cualquier lugar o evitar de manera sistemática coger ascensores.
Alteración del rendimiento académico o laboral.
Tendencia a engañar o mentir.
Miedo intenso a la ganancia de peso.
Distorsión de la imagen corporal, así como insatisfacción constante por el aspecto físico.
*En las mujeres puede desaparecer la menstruación.
Cambios en la relación con la comida
Tratar siempre de saltarse las comidas, bajo cualquier pretexto.
No acabar la comida, tirarla o esconderla.
Hábitos extraños a la hora de comer, como cortar la comida en trozos muy pequeños, removerla por el plato o masticar en exceso.
Cambios en el estado anímico
Baja autoestima y elevada autocrítica.
Bajo estado de ánimo o alteraciones del mismo.
Episodios frecuentes de ansiedad.
Desinterés por la relación con los demás o por actividades que antes resultaban placenteras.
Distanciamiento de las amistades y aislamiento en el hogar, lo que suele empeorar la convivencia.
Es muy importante que los familiares o las amistades de personas con un TCA no se culpabilicen por su aparición, ya que se trata de una enfermedad causada por la confluencia de múltiples factores.
Además del tratamiento médico, el entorno debe jugar un papel fundamental en la recuperación, debiendo escuchar con atención y cariño a la persona e intentar ponerse en su lugar sin juzgarla. Es habitual que el entorno familiar sea el blanco de las reacciones negativas. No te lo tomes como algo personal. Es el momento de tener paciencia, ser comprensivo y permanecer a su lado hasta que todo pase.
Si necesitas más información o quieres que te aconsejemos sobre cómo actuar ante una sospecha de TCA, puedes ponerte en contacto con nosotros, o pasar por nuestra farmacia en Gorliz. Estaremos encantados de prestarte apoyo.